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Pterigión o “Carnosidad”

Dra. Karina Marian Rayas Covarrubias

¿Alguna vez has notado en otra persona o en ti mismo una “telilla” que crece en la parte blanca del ojo hacia el centro del mismo?

Si la respuesta es sí, lo más probable es que se trate de un Pterigión, popularmente conocido como “Carnosidad”. Es importante diferenciarlo de una catarata, ya que esta es una opacidad del cristalino, que se encuentra dentro del globo ocular, en cambio el Pterigión es externo y superficial. 

  ¿Qué es?

Se trata de un crecimiento triangular fibroso, con vasos sanguíneos, abultado similar a una telilla que crece en la conjuntiva sobre la parte blanca del ojo (esclera), su vértice o punta se dirige hacia el centro de la córnea pudiendo invadirla ampliamente en casos graves. Se consideran benignos (no cancerosos) pero suelen dar un aspecto poco estético al ojo, causando varias molestias. 

  ¿Qué lo provoca?

No hay una causa única pero los siguientes son los factores mas importantes relacionados a la aparición y severidad del Pterigión:

  1. Radiación UV (Exposición al sol sin protección adecuada)
  2. Predisposición genética
  3. Sequedad ocular
  4. Exposición frecuente y crónica a polvo, viento o partículas finas
  5. Fricción frecuente y crónica (microtraumatismos)

  ¿Qué molestias causa?

Entre los principales síntomas del Pterigión encontramos:

  1. Ojo rojo
  2. Sensación de arenilla o cuerpo extraño
  3. Lagrimeo
  4. Ardor
  5. Astigmatismo (visión distorsionada o borrosa)
  6. Estética ocular afectada

  ¿Qué riesgo representa, puede ser peligroso?

Al ser catalogado como benigno, el riesgo de cáncer por Pterigión es prácticamente nulo.

Sin embargo, si no se lleva el tratamiento y cuidados adecuados puede ocasionar molestias de diversa intensidad que irán en aumento hasta dificultar la visión o las actividades cotidianas.

  ¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento y vigilancia dependerán de la severidad de los síntomas y el tamaño del Pterigión. En algunos casos solo se necesitan medidas generales, colirios lubricantes, desinflamatorios y vasoconstrictores (para aliviar el ojo rojo). Por el contrario, cuando está más extendido o los síntomas son muy incómodos a pesar del tratamiento inicial, es muy probable que se requiera una cirugía para su resección. 

Es importante mencionar que el Pterigón es una condición con tendencia a la recidiva, es decir que reaparezca la lesión a pesar de un tratamiento, cirugía y recuperación exitosos. El riesgo es variable dependiendo de las condiciones de cada paciente.

¿Cómo sé si debo operarme?

Dependiendo del tamaño y de la gravedad de la carnosidad el paciente se puede someter a una cirugía para extirparlo. Las indicaciones más frecuentes para considerar una cirugía son:

  • Invasión corneal de moderada a severa
  • Persistencia de síntomas o aumento de severidad aun con el tratamiento correcto
  • Astigmatismo secundario o alteraciones constantes de la visión
  • Incomodidad estética

La cirugía se realiza con anestesia local, consiste en remover la parte afectada y colocar un autoinjerto (porción de conjuntiva sana del ojo del mismo del paciente para reemplazarlo) o membrana amniótica, en ocasiones se aplican medicamentos especiales durante la cirugía para disminuir el riesgo de recaída.

Para aclarar estas u otras dudas estoy a tus órdenes para orientarte, ofreciéndote lo mejor para tus ojos y los de tu familia.

 

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